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Jorge Macri en BRINDAR!

  • Foto del escritor: VERBO
    VERBO
  • 12 ago 2021
  • 9 Min. de lectura

Actualizado: 19 ago 2021

El Intendente de Vicente López es el invitado número 12 de BRINDAR! VERBO en el Palacio Duhau.


Intendente desde el año 2011 y terminando su tercer mandato consecutivo, Jorge Macri es uno de los principales referentes del partido Juntos Por el Cambio a nivel provincial y nacional. En su entrevista podrán conocer su costado más íntimo, además de su visión política.


Si querés ver su entrevista en formato video, podés hacerlo en nuestro canal de Youtube.


Con ustedes, Jorge Macri.


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Maximiliano Sardi: Jorge, ¿cómo estás?. ¿Cómo te gusta que te presenten? Intendente de Vicente López desde ya. ¿Chef ocasional?...


Jorge Macri: Chef habitual…


MS: Chef habitual entonces. ¿Cocinás seguido?.


JM: Así es, cocino diariamente desde un bife o una pasta rápida y después, en pandemia descubrimos esto de los vivos con María Belén Ludueña, mi pareja, que a mí me salvó a lo largo del aislamiento para encontrar una manera de divertirme y pasarla bien. Me gusta mucho cocinar.


MS: ¿Te permite enfocar? ¿Es un mimo cocinar para otros?.


JM: Para mí no hay nada más lindo que llevar tu plato a la mesa y ver cómo los demás lo disfrutan. Es mágico. Generar esa primera reacción, “mmmm”, me encanta.


MS: ¿Y te gusta el aplauso?.


JM: Sí, me encanta el aplauso.


MS: ¿Hay algo de eso en tu participación en política, que querés que te lo reconozcan?.


JM: Sí, sí, creo que hay algo de eso. Todos los que estamos en esto buscamos un reconocimiento del otro, sin duda.


MS: ¿Sentís que te lo reconocen?.


JM: Mucho.


MS: ¿Cuál ha sido la acogida de tu libro “Nuevo Cambio - Camino de libertad y crecimiento”?.


JM: Muy bueno. En realidad, en primer lugar, muy bueno como proceso personal. Obligarte a poner ideas en blanco sobre negro es todo un desafío. Siempre me gustó escribir, de chico lo hacía y me iba bien en todo lo que era redacción; me acuerdo que gané un premio en el colegio por una narrativa de Almirante Brown. Después empecé una novela de ficción que quedó a medio camino. En esto encontré una manera también de aprovechar el aislamiento en pandemia y, a partir de varias charlas que dimos por Zoom con Franco Bagnato, me dí cuenta que había un montón de ideas buenas de un montón de gente que valía la pena combinar. Viste que la gente inteligente tiene esa capacidad, brevemente, lo que a vos te lleva un montón de tiempo explicar y me encontré con eso: frases de varios de los entrevistados, extractos de libros, etc. Es esto, hay mucho de lo que han dicho otros, combinado con una mirada propia que busca hacer un aporte casi te diría, ideológico para nuestro espacio.


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MS: ¿Desconfiarías, entonces, si el libro de un político tuviera el doble de ancho que el tuyo?.


JM: Bueno, el de Obama es así, así que no podría decir tanto; supongo que si yo escribí eso, Obama puede escribir tres tomos como el mío. Depende quién. Igual, esta semana en una charla con mi analista, me dijo “no siempre lo más grande es mejor, pero lo mejor suele ser bastante grande”.


MS: Claro. Nuevo Cambio: se habla mucho por estos días de cambiarle el nombre a Juntos por el Cambio. ¿Es necesario volver a cambiarlo?.


JM: Si es el reflejo de un cambio sincero, sí. Si es marketing puro, no. No creo que cambiarle el nombre a un producto signifique demasiado. Sí creo que, lo que está en discusión interna es ver cómo aprendimos, cómo cambiamos nosotros y eso puede reflejarse después en un nombre distinto. El cambio es un arma de doble filo, igual. A mucha gente el cambio lo entusiasma y lo digo en el libro. Pero, ¿cuántas veces, de las que pensamos en cambiar o quisimos hacerlo, nos animamos en serio?. El cambio es atractivo, pero si las cosas cambian mucho, ¿de qué lado quedo yo?. Hay mucha gente que quizás no tiene todas las herramientas para hacer el cambio y dice “esperá”, y en eso ha sido muy hábil el peronismo, en no generar tantas sensaciones de cambio porque “mirá que el cambio capaz te deja afuera, eh”. Fue una de las cosas que pensaba cuando buscaba el título porque, el título que más reflejaba lo que yo decía era poner una “Y”. Creo que el problema de la Argentina tiene que ver con los opuestos: “somos esto o aquello”, “somos peronistas o radicales o desarrollistas”. Y en realidad, la vida es mucho más parecida a una “Y”, y este país, con los líos que tiene, creo que necesita de una “Y” más grande. Que nos encontremos en las coincidencias más que separarnos por las diferencias. Si yo me defino por oposición, es medio escaso, es una posición medio adolescente, porque el adolescente, antes de saber qué va a ser, sabe qué no quiere ser: “no quiero ser como mi papá”, “ah, entonces, ¿qué sos?”, “no sé, pero eso no”.


MS: ¿Eso vos lo tenés resuelto?.


JM: Sí, lo resolví cuando se murió mi viejo, creo.


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MS: Pero hay un poco del “oposición a Mauricio”, eso de “yo no soy Mauricio”.


JM: No, yo soy Mauricio y más. Y lo planteo en el libro. Hay una línea filosófica moderna americana que a mí me gusta mucho, que es “incluir y trascender”. Creo que el desafío humano es siempre ese: todo lo que viene atrás de mí y cómo me proyecto hacia el futuro. Hay una frase de Sabater que es muy linda que plantea algunos de los problemas de la Argentina, que es que nadie se quiere hacer cargo de la historia. Todos dicen, y lo vemos mucho en este gobierno, “la herencia recibida”. Sabater dice, no recuerdo exactamente el concepto, pero es algo como “si no estás dispuesto a hacerte cargo del pasado, no reclames los éxitos del futuro” y me parece que el concepto de “esto es lo que somos y esto es lo que viene”, con las cosas buenas y malas, y dejar de decir que la culpa la tiene el otro, es el camino. Yo jamás critiqué al anterior Intendente de Vicente López y mirá que estuvo 24 años. ¿Por qué? Porque la gente no me votó para eso, para eso está el periodismo.


MS: Entonces, ¿el crecimiento no tiene que ver sólo con lo económico? Sino con algo más relacionado con madurar.


JM: Madurar nosotros, madurar como sociedad. Nuestro espacio político no lideró un proceso de cambio de algo distinto, sino que lo expresó. No construimos el camino. La sociedad estaba reclamando y lo sigue haciendo, algo distinto, a veces de mejor forma y otras no. Yo creo que hoy ha cambiado mucho la sociedad. Si uno antes miraba, la gente buscaba liderazgos que fueran clarificadores del futuro y seguían al líder. Hoy la sociedad reclama liderazgos que expresen lo que la sociedad está reclamando, pero después esos liderazgos tienen un desafío grande para no caer en el populismo, que es ser transformadores, asumir costos. Nosotros también caímos en el populismo, en el de las encuestas. La encuesta te dice siempre qué te conviene hacer o qué no, pero eso no es necesariamente transformador. En Vicente López nos pasó: si yo hacía encuestas si convenía hacer el Metrobus o no, iban a decir que no, “¿para qué? Si Avenida Maipú anda”. O con los retenes, enterrar las plazas 4 metros por debajo de la línea de calzada para que evacúe el agua, la gente decía “vos estás loco, voy a tener mosquitos, olor” y hoy anda y la gente te dice “que bueno que me hiciste caso, porque esta idea la había tenido yo”. Hay un momento en el que ese capital político que te otorga la gente, lo tenés que invertir y poner en juego para transformar cosas. Ahora, eso también requiere de una sociedad que también esté dispuesta a un tránsito de esfuerzos. No es mágico. Lo que tenemos que emprender como sociedad no alcanza con un liderazgo con visión. Pero bueno, nosotros también estamos en un proceso de crecimiento individual. Viste que hay tensión en nuestro espacio, con esto de “a quién sumamos a la foto para que vengan los votantes que hasta ahora no vinieron.


MS: Claro, me hablaste de eso, del “Y”. Me había surgido la duda de si hay que abrir el espacio o jugar con los que están afuera.


JM: Yo creo que el crecimiento requiere de dos crecimientos: primero, uno individual. Yo sigo siendo Jorge Macri, pero en el 2011 me votó el 38% de la gente y en la última elección el 63%. No es porque había otros en la foto, necesariamente, sino que es porque yo también crecí y representé más. Porque sino es muy fácil, traes un peronista a la foto y viene el votante peronista, traes a alguien de La Matanza y te vota La Matanza. No funciona así. El tema es que vos representes más, rompas prejuicios, construyas puentes. Si vos me preguntas qué es lo que más me frustra de no haber podido gobernar dos períodos, no son los planes y proyectos perdidos, sino que es la suspensión del vínculo. Porque para romper prejuicios necesitas tiempo, te tienen que volver a ver metido, y suspendimos el vínculo, ahora tenemos que recuperarlo. A mí me llevó tres elecciones ganar en Villa Martelli, porque dudaban sobre si realmente me importaban y están en todo su derecho de dudar, porque muchas veces la política les ha fallado. Fue el tiempo, el compromiso y el aprendizaje, entenderlos mejor, lo que construyó el camino.


MS: Bueno, quería llegar ahí, al camino. ¿Hay libertades en riesgo? ¿Por qué la palabra “libertad” en el libro? ¿Cómo es el camino de la libertad?.


JM: Siempre hay libertades en riesgo. Si el 73% de los chicos de la Provincia de Buenos Aires está bajo la línea de la pobreza, no hay libertad, la libertad está en riesgo. La libertad no sólo se define como el hecho que puedas caminar libremente por la calle, sino por el hecho de que puedas elegir. ¿Qué te define como libre? Que puedas ser lo que querés ser, que tengas las herramientas para proyectarte en el futuro y hacia tu sueño. Eso es lo que te otorga la libertad, tu capacidad de ser, de animarte. Eso está en juego en la Argentina, la pobreza pone en juego la libertad. Esa pobreza, como la define la UCA, multidimensional en donde no sólo importa el ingreso, sino las herramientas que tengo para proyectarme, dónde nazco y donde vivo. Si tengo que mentir la dirección en el currículum, no soy libre.


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MS: ¿Cómo se inicia ese camino?.


JM: Para mí, uno de los aprendizajes que nos dejó el primer capítulo, no me gusta esto del primer tiempo, que tuvimos en las grandes ligas del gobierno nacional y provincial, es que el éxito no lo define solamente el lugar al que querés llegar, sino la construcción de ese camino. Yo creo que el proyecto que planteaba Mauricio es correcto, pero fracasamos en la construcción del camino. En general, siempre al éxito lo define, más que la visión, la construcción del día a día y nosotros dejamos mucha gente atrás.


MS: ¿Qué tienen que hacer para sumarlas?.


JM: Creo que le pedimos mucho esfuerzo a una clase media que confiaba en nosotros, que creía en el lugar al que la queríamos llevar, pero me lo decían como Intendente: “No aguanto. Yo entiendo que no me puedas regalar la luz, lo que sea. Desde lo racional lo entiendo, pero entendeme también vos a mí que no llego”. Y no tiene que ver con la maldad, sino que tiene que ver con cómo administras la frazada corta de los bienes públicos, algo de lo que los Intendentes entendemos bastante, porque no podemos emitir ni tomar deuda. Siempre gestionamos con lo que hay. Por eso me parece que que lleguen Intendentes a cargos más grandes, con ese cassette de administrar con lo que hay, de que lo que prometés lo tenés que cumplir no girándote con el FMI, la deuda o la emisión, sino con lo que tenemos. Como en casa.


MS: En medio de esa realidad dura, difícil, además cruzada por la pandemia, ¿encontrás momentos o razones para brindar?.


JM: Sí, sí. Yo tengo una vida que es una bendición. Tengo tres hijos que son increíbles. ¿Qué me gustaría que pongan en mi lápida el día que me vaya? “Buen padre”. Si ponen eso, estoy hecho, porque en definitiva eso es lo más grande que dejas.


MS: ¿Lo sos?.


JM: Sí, creo que sí. Ellos me permiten serlo.


MS: Pero, ¿no te calificás ahí?.


JM: Cuando los veo a ellos, me siento orgulloso, entonces creo que entre la mamá, yo, hoy Belén, mi pareja, que me ayuda mucho y puso otro clima en nuestra casa, lo hacemos bien. Yo creo que Belén me permitió volver a creer en el amor, en el amor proyectado. El amor en serio es ese que decís “lo quiero hoy y quiero que se quede para siempre”. Pero, además transformó mi casa en un hogar nuevamente. En los siete años que estuve sólo, mis hijos no venían cuando querían a casa. Es como que avisaban, qué sé yo. Como que no se sentían parte. Hoy vienen cuando tienen ganas. Mis hermanas, mi vieja, mi viejo. El legado de mi viejo es grandioso. A mí me preguntan cómo llevo el ser Macri y yo lo llevo con un orgullo inmenso. La cantidad de gente que me cruzo hoy en día y se acuerda de mi viejo, Tonino Macri como un tipo distinto que los ayudó en esto y aquello. Yo llevo ese Macri y el Boga de mi mamá y me siento orgulloso. Mi abuela, que era empleada pública en Rentas de la Provincia porque se reveló, una gran feminista sin saberlo. Su marido la trataba mal, decidió irse con sus hijos. La familia de ella le dio la espalda: “¿Cómo? Esto de separarte, divorciarte, ¿estás loca?, en Tandil?”, “sí, me trata mal, no me gusta”. Entonces se consiguió un laburo en Rentas y vivía en un departamentito. La teníamos que esperar hasta las tres de la tarde para almorzar y ella venía con su uniforme de Rentas. Para mí, esas cosas me han hecho. Soy diferente, distinto.


MS: Gracias, Jorge.


JM: Un placer.


 
 
 

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